Evidentemente hay muchas diferencias entre tu primer triatlón y los siguientes.
Muchos factores emocionales para empezar… ni mejores ni peores que los que vendrán en los siguientes, pero sí diferentes.
También tu experiencia es diferente. En tu primer triatlón será cero.
La incertidumbre es total.
Seguro que hay un montón de cosas que desconoces. También muchas que habrás simulado en entrenamientos. Otras te sorprenderán, y ni las simuladas se repetirán como tú suponías, porque el día de la competición es diferente, especial, para lo bueno y para lo malo.
Mis consejos básicos:
No experimentes. Ya sabes: “los experimentos con gaseosa”.
No estrenes material.
No hagas nada que no hayas probado antes.
¿Queréis ejemplos que he visto más de una vez?
Tenemos a nuestro Triatleta llamado Bartolo en la fila de boxes, esperando al control de material. Un amigo se le acerca y le dice que suba el sillín, que es mejor que lo lleve más alto.
Error! Quizá tenga razón, o quizá no. Pero NO es el momento. Bartolo lleva un mes con su bici nueva con esa medida… si lo cambia ahora, irá incomodo en competición. Es mejor que lo pruebe en entrenamientos posteriores.
Repetimos situación el día anterior: ahora un amigo de Bartolo le dice que pruebe a bajarse de la bici dejando las zapatillas puestas, que ganará tiempo en la transición. Pero Bartolo está en su primer triatlón y nunca ha probado a quitarse y ponerse las zapatillas en la bici, si apenas domina el quitarse los automáticos con soltura!… es muy probable que se caiga si lo probara el día siguiente en plena transición.
Así que, Bartolo se bajará con las zapatillas de bici puestas, corriendo por la moqueta. Sin riesgos de caída e irá a su sitio a ponerse las de correr.
Ahora Bartolo está en una tienda de ropa que ha montado la organización, el día antes del triatlón. Ve ropa preciosa, de la que gusta a los triatletas. Un mono alucinante, y se imagina con él, con una planta de pro que le encanta… pero Bartolo no lo compra, porque ya sabe que la ropa que llevará al día siguiente no le roza y le va bien.
Ese mono es de mejor calidad y mucho más bonito… pero quizá le sea incomodo al correr o en la bici… mejor esperar y probarlo en entrenamientos con tranquilidad.
Ahora Bartolo está desayunando, tres horas antes de la competición. Va a tomar lo que habitualmente toma, un café con dos tostadas.
Pero se le acerca su amigo, y le dice que mejor tome una papilla que tiene él, que le sobra… y que se tome unas pastillas llamadas aminoácidos o algo así entiende Bartolo…
Menos mal que Bartolo ya se estaba acabando las tostadas y no cae en la tentación.
Quizá él no esté acostumbrado a esa papilla y le siente mal en el estomago…
Bartolo dice a su amigo que le deje en paz un ratito, que va a leer el circuito de la carrera, que no quiere perderse y quiere tener claro cuántas vueltas son en cada segmento y por donde transcurren.
Y una vez visto, coge su mochila con el material preparado y se va con antelación a la zona de boxes a ver todo in situ y a disfrutar de lo que será su primer triatlón.
Quizá Bartolo no sea el más rápido, y seguro que en triatlones posteriores lo hará mejor, pero lo que es seguro es que, en este primero, lo hará lo mejor posible y no cometerá ninguna imprudencia.
Y así es… dos horas después Bartolo ha finalizado su primer triatlón sprint. Ha quedado el 147 y se lo ha pasado mejor que nunca.
El siguiente fin de semana ha quedado con su entrenador para practicar transiciones con las zapatillas puestas.
Y quizá el lunes por la tarde, que tiene descanso, se pase por la tienda a comprar ese mono tan chulo. Además, en la carrera a pie se ha fijado en que muchos llevaban su nombre en el mono… ¿y si se pone “Bartolo” en mayúscula???? Y se sonríe…
Enhorabuena Bartolo! Te lo has ganado!!! Eso sí, Bartolo no se ha librado de un buen trago de agua en el mar y de perderse en boxes buscando su bici después de nadar… que mareo llevaba el pobre! Seguro que el siguiente no le pasa… (o sí)